El ciclo #mujeresenlaindustria cuenta en esta ocasión con una entrevista a Mercè Álvarez, ingeniera industrial, en la especialidad de química, directora técnica de Plasson Spain, desde hace 25 años.
Se ocupa de aspectos técnicos y normativos relativos al producto, así como del sistema de gestión y prevención de riesgos laborales de esta empresa que fabrica accesorios termoplásticos para la canalización de gas y agua en PE, PP y PVC y de los útiles necesarios para su instalación.
Este ciclo de entrevistas busca visibilizar a las #mujeresenlaindustria a través de charlas con profesionales del sector de la construcción a las que se suma Mercè Álvarez, y en las que ya han participado Mónica de la Cruz y Pilar Gimeno.
“El cambio generacional ayudará a que la presencia de la mujer en la industria cada vez sea mayor”
Mercè Álvarez
P: ¿Qué estudiaste? ¿Cómo llegas al mundo de la fabricación de accesorios?
R: Estudié en la ETSEIB de Barcelona y obtuve el título de Ingeniera Industrial Superior, en la especialidad Química. Un día vi un anuncio de trabajo en el tablón de la universidad y decidí presentarme. La dirección de la empresa buscaba una mujer porque quería parecerse a Plasson France donde la técnica era una chica. Creía que ese formato podía funcionar muy bien en España y, aunque tenía claro que las aptitudes profesionales no se diferencian entre un hombre y una mujer, pensaba que una mujer podía aportar responsabilidad, tenacidad y orden a ese puesto de trabajo.
Una vez en la empresa y de la mano del director general y comercial me fui formando en este sector llegando a ser:
- Miembro del comité técnico de Certificación de soldadores de PE para Gas, SEDIGAS.
- Miembro del comité técnico de Certificación CTC53, creado por Sedigas con objeto de incrementar los niveles de seguridad y calidad de las instalaciones de gas mediante un sistema de certificación con marca de los equipos y accesorios que intervienen en las mismas.
- Miembro de distintos foros de trabajo y normalización a nivel nacional.
- Miembro activo del comité técnico de Asetub
- Miembro activo del Comunitat d’Usuaris d’aigues subterrànias d’Abrera.
P: ¿Cómo han sido tus primeros pasos en el sector? ¿Qué reflexión haces tras 25 años en la misma compañía?
R: Durante mi época de estudiante había trabajado los fines de semana, en verano y había realizado prácticas en diversas empresas, pero éste este fue mi primer trabajo como ingeniera después de finalizar los estudios.
Cuando empecé era muy joven, recién terminada la carrera, y entrar en una empresa pequeña y familiar me facilitó poder trabajar en todos los departamentos. Esto me dio la oportunidad de conocer todos los procesos de la empresa aumentado mi autoconfianza y mejorando mis habilidades en el ámbito personal y profesional.
En nuestros inicios la empresa trabajaba en el sector gasista, y allí las chicas estaban solo en las oficinas, así que tratar con los instaladores o los técnicos de las compañías de gas no era fácil, en la mayoría de las reuniones era la única mujer. Así que decidí ser yo misma y buscar inspiración y aprender de todos ellos con humildad. La mejor manera de aumentar la autoconfianza es mediante la formación.
Es muy importante que las nuevas generaciones se formen, sean tenaces y persigan sus objetivos. Tener un objetivo bien definido, saber claramente por qué y para qué quieres conseguirlo es el mejor motor para avanzar.
El cambio generacional ayudará a que la presencia de la mujer en la industria cada vez sea mayor, pero todavía queda mucho recorrido por andar.
P: Ser mujer en un sector masculinizado, ¿hay que demostrar que sabes de lo que hablas? ¿Alguna anécdota?
R: Era mujer y joven en un sector muy masculinizado, pero jugaba con ventaja porque, desde pequeña siempre me he llevado muy bien con los chicos. Recuerdo que mi madre me ponía falda los domingos, pero el trato era poder llevar pantalones cortos debajo de la falda y las bambas, para poder jugar al fútbol, al bote o al escondite con mis amigos.
Creo que esto me ayudó a poder enfrentarme sin miedos a algunas situaciones en el trabajo. Con el paso del tiempo los prejuicios y estereotipos se han ido minimizando en el sector, aunque todavía en alguna ocasión tengo que demostrar que sé de lo que hablo y mi valía. Pero me lo he tomado como una ventaja, entrar en un mercado básicamente de hombres me ha hecho más fuerte y más segura de mí misma.
No me gustaría generalizar, porque no todo es negro ni blanco en la vida, hay una paleta de colores que no nos la acabamos. Por ejemplo, recuerdo una intervención en gas, en la que teníamos que hacer una derivación en carga con salida 110 mm en un tubo de 250 mm con una presión de trabajo de 3 bar aproximadamente. En aquella época el accesorio que se usaba y el útil eran nuevos e íbamos a todas las obras para enseñar a utilizarlo. A veces iba con algún compañero, pero ese día fui sola.
Cuando llegué, el instalador me preguntó por mi compañero y si venía sola y le dije que sí. Durante todo el proceso de perforación en carga de la red el instalador iba haciendo lo que yo le decía sin mediar palabra y cuando acabó y ya teníamos todo recogido me dijo: “Tengo que confesarte que cuando te he visto venir sola no me ha gustado y no me sentido cómodo hasta que he empezado a trabajar contigo, pero ahora que hemos acabado tengo que felicitarte y pedirte perdón por juzgarte de antemano”.
No hay mejor satisfacción que dejarles con la boca abierta tras tu intervención, esto te hace sentirte más fuerte y segura de ti misma.
A lo largo de mi carrera profesional me he encontrado con hombres que me han ayudado mucho, empezando por mi jefe y siguiendo por directores técnicos de diferentes compañías, algunos de ellos ya jubilados. Estoy segura de que si leen este artículo sabrán que estoy hablando de ellos.
P: La igualdad también es parte de los ODS, ¿cómo enfocas el desarrollo sostenible?
R: Empoderar a las mujeres y promover la igualdad de género es fundamental para acelerar el desarrollo sostenible. Poner fin a todas las formas de discriminación contra mujeres y niñas no es solo un derecho humano básico, sino que además tiene un efecto multiplicador en todas las demás áreas del desarrollo, así como uno de los fundamentos para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible.
La igualdad de género se alcanza cuando en una sociedad las mujeres y los hombres disfrutan de las mismas oportunidades y derechos en todas las esferas de la vida.
Se han conseguido algunos avances durante las últimas décadas, hay más mujeres con cargos en parlamentos y en posiciones de liderazgo, y las leyes se están reformando para fomentar la igualdad de género, pero a pesar de estos logros, todavía existen muchas dificultades: las leyes y las normas sociales discriminatorias continúan siendo generalizadas, las mujeres siguen estando infrarrepresentadas a todos los niveles de la adopción den la vida política, económica y pública.
P: ¿Qué retos tenemos por delante para que las mujeres tengan más presencia en el sector?
R: Soy de las que creen que somos las mujeres las que tenemos que tener la suficiente confianza en nosotras mismas como para entender que no tenemos que demostrar nada. La valía de las personas no depende del género sino de las capacidades que cada uno tiene y que si quieres algo tienes que luchar por ello.
Quiero indicar que, en muchas ocasiones, las barreras a las que se enfrentan las mujeres no las ponen las empresas o los compañeros varones sino las propias mujeres que no se ven a sí mismas trabajando en un sector tradicionalmente masculino.
Tenemos que avanzar hacia un sector más igualitario, para lo que es necesario la implementación de planes de igualdad y de muchas más medidas que refuercen la equidad de género.
Por otro lado, tenemos que trabajar en eliminar los estereotipos en torno a los roles de género para potenciar el talento femenino y facilitar el acceso a la mujer a puestos de responsabilidad o en puestos vinculados al género masculino.
Sólo la formación, como principal herramienta para la incorporación de la mujer en el mercado laboral, permitirá progresivamente la paridad entre géneros, con un sector más igualitario y así ayudar a reducir los muchos prejuicios y barreras que todavía quedan por derribar.