El modelo de economía circular está cada vez más presente en todos los factores de nuestra vida cotidiana. Con el impacto que nos ha producido la pandemia a todos los niveles, nuestros deseos a la hora de elegir vivienda también han variado y se han ido enfocando, por lo habitual, hacia un modelo de construcción sostenible e integrado en la naturaleza. El teletrabajo se ha convertido en un imperativo para muchos profesionales, lo que ha implicado el desarrollo de iniciativas arquitectónicas para conseguir una buena conciliación de la vida laboral y la personal. Además, los españoles hemos sufrido un cambio muy drástico a la hora de relacionarnos y hemos aumentado la cantidad de horas que pasamos en casa, lo que ha supuesto que la adaptación y remodelación de nuestro espacio sea una necesidad.
Ahora, más que nunca, la construcción sostenible se ha centrado en el bienestar de las personas. De tal manera, el concepto de diseño biofílico ha pasado a estar presente en todos los estudios de arquitectura para encontrar el equilibrio y evitar, en la medida de lo posible, el desgaste mental humano al que estamos sometidos.
El nacimiento del concepto
El psicólogo Erich Fromm fue el primero en utilizar este término, pero fue Edward O. Wilson quien desarrolló el concepto. Para este entomólogo y biólogo estadounidense, las personas estamos vinculadas irremediablemente a la naturaleza, y este contacto es esencial para un estado psicológico y físico pleno. En 1984, publicó sus primeras ideas sobre el sentido de conexión con la naturaleza y con otras formas de vida de carácter innato en un libro llamado Biophilia, escrito que ha sido ganador de dos Premios Pulitzer. Wilson explica en esas páginas que el ser humano tiene una necesidad de estar en contacto con la naturaleza. Es decir, va más allá del mero placer y nuestro bienestar depende del entorno natural en el que vivimos.
Biofilia y sostenibilidad
Con la necesidad que tenemos de cuidarnos mutuamente, estos dos conceptos se han ido alineando en la misma dirección. Si bien la biofilia busca el bienestar de las personas construyendo espacios que incorporen la naturaleza, la sostenibilidad busca cuidar y mantener el entorno natural generando el mínimo impacto ambiental. Por tanto, para construir un espacio biofílico se deben tener en cuenta ciertas características que van ligadas inherentemente a la sostenibilidad:
- Control de los niveles de confort térmico.
- Diseño de edificios que aprovechen la iluminación natural.
- Construcción de edificios que tengan vistas internas y externas de la naturaleza.
- Utilización de materiales naturales, así como texturas, patrones y colores.
- Edificios protegidos del ruido, aislando las estancias interiores para paliar la contaminación acústica.
- Uso de plantas de interior.
- Imágenes que recuerden a la naturaleza.
¿Por qué se ha vuelto tan importante?
La pandemia nos ha encerrado en cuatro paredes, limitando nuestras salidas en entornos naturales. En un estudio realizado por la Universidad de Illinois en el año 2003, se constató que la persona promedio pasaba 327 horas más por año usando artilugios electrónicos de entretenimiento que en 1987, lo que ayudaba a explicar el gran declive de visitas que habían experimentado los parques naturales norteamericanos. Seguramente, hoy esas horas se han ya duplicado. También es destacable el impacto sobre la salud mental que esta situación ha tenido, especialmente durante el último año. Los trastornos y desórdenes mentales se han incrementado, limitando nuestro estado de bienestar tanto a nivel individual como a un nivel colectivo.
Considerando el diseño biofílico como una ciencia aplicada que se orienta a planificar espacios que reflejen la naturaleza, no es difícil entender por qué tiene cada vez más importancia. Generar este tipo de espacios mejora el bienestar físico y psicológico, estimula la creatividad y el pensamiento claro. Y estos tres aspectos son fundamentales para conseguir sobrevivir a la situación sanitaria actual.
Entonces, ¿cuáles son las nuevas necesidades del consumidor?
Los estudios de arquitectura, por lo general, lo tienen claro: combinar el diseño biofílico con la arquitectura regenerativa. Estos dos conceptos han estallado en el último año y, como hemos explicado, no es difícil entender el porqué. Reducir el impacto ambiental en las actividades humanas es fundamental si queremos seguir disfrutando de la naturaleza. La arquitectura regenerativa, a diferencia de las técnicas sostenibles, se centra más en maximizar la relación que tenemos los seres humanos con la naturaleza, pero, por supuesto, siempre bajo la premisa de la sostenibilidad.
Además, la creación de proyectos sostenibles es cada vez más relevante en la agenda del Estado, lo que ayuda a los ciudadanos a aportar su grano de arena a la hora de rehabilitar sus hogares centrándose en estos dos conceptos. Y, por supuesto, también es necesario adaptar nuestro lugar de trabajo también para obtener una mayor estabilidad mental.
La adaptación del sector hacia lo natural y hacia la búsqueda del bienestar del usuario final se ha potenciado, sin duda, con la pandemia. Por suerte, la recuperación de estos conceptos desemboca en la mejora del entorno y de la vida en sociedad, intentando rectificar en los errores cometidos respecto al medio ambiente y la salud mental.