Como hemos visto en el anterior post Certificaciones sostenibles en construcción: analizamos 5 de los principales estándares, la construcción sostenible pretende minimizar la repercusión negativa de la construcción en el medioambiente, utilizando los materiales y recursos de forma responsable y respetuosa. Ante una situación en la que el deterioro de los ecosistemas naturales es inevitable y progresivo, investigar diferentes herramientas de cambio es necesario para minimizar el impacto negativo en el medioambiente.
En este sentido, la sostenibilidad no aplica solamente al proceso de construcción, sino también a los diferentes productos. Y, por ello, existen también diferentes certificaciones que califican el nivel de sostenibilidad de los productos.
Ejemplo de ello es la certificación Cradle to Cradle (C2C), una solución integral para evaluar, optimizar y verificar todos los aspectos del diseño y fabricación de productos, al valorar la seguridad, circularidad y responsabilidad de los productos en cinco categorías:
- Salud de los materiales;
- Reutilización de materiales;
- Energías renovables y gestión del carbono;
- Administración del agua;
- y Justicia social.
La necesidad de certificar productos sostenibles
Comencemos por el principio. En el siglo XXI, el concepto del ecodiseño, entendido como la incorporación de criterios ambientales en la fase de concepción y desarrollo de cada producto, empezó a encararse como una visión global a la hora de prever impactos negativos sobre el medioambiente.
Con este concepto como punto de partida, el químico-ecologista William McDonough y el arquitecto-paisajista Michael Braungart popularizaron el concepto Cradle to Cradle publicando ‘’De la cuna a la cuna, rediseñando la forma en que hacemos las cosas’’ en 2002. En este escrito, proponen un nuevo método para diseñar productos y procesos en un sistema que, en contraposición al concepto “de la cuna a la tumba”, pretende fomentar una estrategia de cambio basada en la biomímesis y en la eco-efectividad.
Aunque en un inicio el pensamiento de los autores sonaba a utopía, lo cierto es que el planteamiento Cradle to Cradle ha revolucionado el panorama industrial y hoy la certificación C2C, creada por los mismos autores, es un estándar reconocido a nivel mundial.
Funcionamiento y evaluación de C2C
La marca Cradle to Cradle certifica productos que han sido creados bajo los conceptos del ecodiseño y la biomímesis. Es decir, no basta con que durante su vida útil sea un producto sostenible, sino que, una vez cumple su función y su ciclo de uso termina, los materiales que lo componen no deben generar un impacto ambiental negativo. Lo que pretende este sello es incentivar la creación de productos sostenibles a través de una metodología que evalúa los productos según el efecto que provocan en el medioambiente bajo una óptica muy acorde a la economía circular.
Para lograr la certificación de un producto, las empresas deben realizar un análisis de todo el proceso de creación del mismo a través de un organismo de evaluación acreditado. Para entender la composición de los productos con el máximo detalle, se trabaja a lo largo de toda la cadena de suministro identificando todas las sustancias presentes hasta un nivel de 100 ppm. Posteriormente, el organismo acreditado evalúa la seguridad, circularidad y responsabilidad del producto mediante cinco categorías:
- Selección de materiales saludables y seguros. El diseño del producto debe de estar pensado hacia la salud y seguridad de las personas y del entorno, desde su producción hasta su reutilización.
- Eliminación del concepto de residuo. Se valora la capacidad que tiene el producto para ser reciclado o abonado sin entrañar peligros.
- El agua como un recurso valioso. Se cuantifica la calidad de la energía y la cantidad de agua que se utiliza para la creación del producto.
- Energía limpia y abundante. En el funcionamiento del producto, los fabricantes deben generar un impacto positivo en el suministro energético y en el balance ecosistémico, manteniendo los niveles de carbono en el suelo y la vegetación.
- Respeto sobre los sistemas humanos y naturales. Los productos deben de crearse en negocios éticamente correctos, responsables con todos los grupos de interés, incluyendo la cadena de suministro y el entorno natural.
Una vez evaluados los productos, se les asigna un nivel de logro en cada una de las categorías: Básico, Bronce, Plata, Oro o Platino. El nivel de certificación final del producto lo determina el nivel de logro mínimo en cualquiera de las cinco categorías. Por tanto, requiere un esfuerzo igualitario en todos los campos citados previamente, sin poder dejar de lado ninguno de ellos. Así, la certificación impulsa la innovación en el marco de diseño y fabricación de materiales y productos seguros, circulares y fabricados de manera responsable favoreciendo la economía circular.
Cuando finaliza el proceso de evaluación, todos los productos certificados por Cradle to Cradle se enumeran en su propio Registro de productos certificados, que está disponible públicamente. Esto facilita el acceso del consumidor a una información más exhaustiva y un conocimiento más amplio a la hora de adquirir productos, puesto que no solo certifica materiales de construcción, sino que existe un amplio abanico de categorías, desde moda y textil hasta salud y belleza.
Y, en un contexto cada vez más sensibilizado con el respeto medioambiental, este tipo de información disponible para los consumidores es casi un imperativo.
La importancia de utilizar productos C2C en la construcción sostenible
Actualmente son muchas las empresas dispuestas a asumir este desafío y la lista de productos con certificación Cradle to Cradle va en aumento, desde césped artificial hasta fachadas y cubiertas prefabricadas de edificios, por lo que incorporar este tipo de productos a la construcción es cada vez más sencillo. Además, es importante tener en cuenta este sello si queremos que un proyecto arquitectónico sea certificado con un estándar de construcción sostenible, como LEED, WELL o BREEAM, ya que Cradle to Cradle otorga puntos para estas certificaciones.
En el caso de la certificación LEED: Se otorgará un punto en el apartado Material Ingredient Reporting si al menos 20 productos son certificados C2C con nivel un nivel Bronce o superior, o si al menos 20 productos de al menos cinco fabricantes demuestran el inventario químico del producto a al menos 0.1% (1000 ppm). En Material Ingredient Optimization, si al menos el 25 % del coste de los productos son certificados con un nivel superior a Bronce, se otorgará un punto. Pero, a aquellos proyectos que utilicen productos certificados con Oro o Platino en material health se les otorgarán más facilidades ya que estos productos son valorados en un 150 % (en coste).
En la certificación WELL: Cradle to Cradle está reconocido dentro del WELL Building Standard en WELL Feature 26 y WELL Feature 97 a través de la opción C, cuyos objetivos son minimizar el impacto de los ingredientes peligrosos de los materiales de construcción en la calidad del aire interior y proteger la salud de los trabajadores, así como promover la transparencia material a lo largo de la cadena de suministro.
En la certificación BREEAM: En el programa holandés de BREEAM, utilizar materiales C2C contribuye en los créditos de Construction Materials, a través de la reducción del impacto ambiental de los materiales de construcción utilizados, y Responsible Sourcing, que reconoce el uso de materiales de construcción de origen responsable.
La incorporación de este tipo de iniciativas que mejoran la eficiencia y el diseño desde un punto de vista ecológico supone una actuación destacable a la hora de generar un cambio significativo en el cuidado del medioambiente. La utilización de productos C2C posiciona a los proyectos arquitectónicos a nivel social por su calidad de producción y compromiso con la sostenibilidad.