La consultora Mckinsey ha realizado un informe titulado Climate Impact of Plastics, basado en la contaminación que generan los plásticos en comparación con otros materiales. Los datos que sacan a la luz son reveladores: este material cuenta con múltiples beneficios que acaban suponiendo mucho menor consumo energético y emisión de GEI (Gases de Efecto Invernadero) que el resto de los materiales, disminuyendo su impacto climático.
Existen muchos mitos alrededor de los plásticos que se han extendido en el imaginario colectivo, como que su presencia se limita a la contaminación marítima o de carreteras, el impacto ambiental en vías terrestres o aquellos animales que acaban atrapados debido a que no se recicla adecuadamente. Pero, también puede ser un gran aliado para el cuidado del planeta.
Otro de ellos es que España no dispone de la capacidad tecnológica para lograr un liderazgo en términos de reciclado. Sin embargo, según la experta en divulgación científica Deborah García, “España cuenta con una industria química y del plástico fuerte y consolidada, ya que hay 151 empresas de reciclaje de plástico que procesan más de 1.000 toneladas anuales”. Asimismo, la página Esplásticos, también especializada en la materia, destaca que somos el segundo país europeo que más cantidad de residuos plásticos recicló en 2018.
Además, este material permite que se gaste menos energía gracias a características como su resistencia o seguridad. También permite reducir el desperdicio de alimentos al mantenerlos en buen estado más tiempo, y su reciclaje lo dota de una gran capacidad para combatir el cambio climático.
Uso de los plásticos por sectores
La ligereza y versatilidad de los plásticos permiten que sean empleados en sectores tan dispares como los envases, la automoción o la construcción. El propio informe de McKinsey destaca que “a menudo se pasa por alto su papel en la mejora de la eficiencia del uso”. Es, precisamente, esta gran eficiencia la que ha producido que los plásticos hayan sido tan empleados y, al mismo, tiempo, tan criticados. Como se afirma desde McKinsey, “se podría decir que el plástico es ahora una víctima de su propio éxito”.
Reducción de contaminación
Para poder medir la contaminación de un material, es necesario hablar de la huella de carbono. El Ministerio de Medio Ambiente la define como “el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 equivalentes, y sirve como una útil herramienta de gestión para conocer las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones, cómo podemos mejorarlas y realizar un uso más eficiente de los recursos”.
Desde McKinsey concluyen que la fabricación y empleo de plásticos generan una menor cantidad de GEI (Gases de Efecto Invernadero), como se aprecia en la siguiente tabla:
El hecho de que el plástico genere menos Gases de Efecto Invernadero es debido a unas razones concretas que recogen desde la consultora:
- La producción de plástico requiere menos energía.
- Permite una ligereza en vehículos de automoción que se traduce en menor consumo de combustible.
- Las viviendas aisladas con poliuretano ejercen un menor consumo de energía
- Mantienen los alimentos más tiempo que el papel (hasta 10 días más), lo que contribuye a evitar su desperdicio en un 75% más y reducir el gasto energético que supondría procesar más comida.
Para reducir la huella de carbono que deriva de los GEI es imprescindible el reciclaje, y este se basa en la circularidad. Si queremos realizar un proceso circular adecuado es necesario analizarlo de manera global, es decir, valorar las variantes de cada parte del proceso.
El ciclo de vida de los plásticos
En el caso de los plásticos, el proceso circular está formado por cinco fases según la página Esplásticos:
- La producción del plástico, que se realiza mediante la destilación de materias primas en refinerías de hidrocarburos o nafta y su posterior polimerización, en la que compuestos que inicialmente eran monómeros, como el butileno, etileno o el propileno son transformados en polímeros con un mayor peso molecular. Por ejemplo: el polipropileno sería una macromolécula más grande que el propileno que se produce a raíz de dicha polimerización.
- Tras la fase de producción viene la fabricación de productos que serán empleados en la fase de uso. Con los polímeros se puede producir ropa, envases, vehículos o aislantes para viviendas
- La fase de desperdicios, que es la siguiente fase de la vida de un plástico que se produce después del uso de los productos fabricados en la que el consumidor los arroja al contenedor.
- Por último, tiene lugar la fase de materias primas en la que, para la extracción de estas, los productores de plástico están estudiando fuentes alternativas como los residuos plásticos o las materias primas renovables.
El ciclo de vida de los polímeros conlleva un riesgo potencial llamado fuga ambiental, que se puede definir como plásticos macro y micro que se pierden a lo largo del proceso de reciclaje, ya sea por fallos en el circuito circular o a la hora de manejarlos, por lo que la innovación y la investigación continuas que se dan en el sector de los plásticos permiten optimizar los procesos para ser más eficientes y reducir al máximo la fuga ambiental.
En este sentido, McKinsey ha tratado de predecir lo que va a suceder con los materiales plásticos en base a los datos actuales y en el que describen “un escenario para la industria del plástico a través del cual el 50 por ciento de los plásticos en todo el mundo podrían reutilizarse o reciclarse para 2030”. Para que esto ocurra, la consultora destaca que los países deben estar preparados y evolucionados con respecto al reciclaje químico, cuya relevancia se destaca también en “El reciclado químico: el camino hacia la circularidad infinita de los plásticos”, de Esplásticos.es.
Gracias a informes como el Climate Impact of Plastics se puedecontar con información valiosa basada en el análisis y el estudio para poder valorar de una manera más objetiva los beneficios y prejuicios que rodean a los plásticos.