Desde hace años, el sector del plástico y su economía circular cuentan con una regulación muy exigente tanto en el ámbito europeo como en el español que está impulsando el uso sostenible de este material. Esto es posible gracias a la investigación en innovación, que permite desarrollar procesos que reducen los niveles de contaminación del plástico y promueven su reciclaje y reutilización.
En los últimos tiempos, con el fin de adaptarse a las necesidades para la consecución de los objetivos fijados en la agenda 2030, el sector del reciclado de plásticos se ha ido adaptando. A través de esta adaptación, se ha implementado un proceso para la cadena valor de los plásticos desde la recogida y preparación hasta su selección, fase que también ha evolucionado a través de la incorporación de automatización en las plantas.
Requisitos europeos para la sostenibilidad del plástico
En sectores como la construcción es primordial potenciar la creación de materiales y soluciones que ofrezcan una mayor durabilidad, resistencia y eficiencia para el desarrollo de productos innovadores que contribuyan al desarrollo sostenible.
Con el fin de transformar las prácticas de diseño, producción, uso y reciclaje de los plásticos, la Comisión Europea lanzó en 2018 la Estrategia Europea para el plástico como parte del plan de acción de economía circular. Esta estrategia fija cuatro objetivos:
- Hacer que el reciclaje sea rentable para las empresas.
- Reducir los residuos plásticos.
- Acabar con el vertido de basura al mar.
- Fomentar la inversión y la innovación.
El núcleo de este plan de acción pone el foco en la consecución de un crecimiento económico sostenible siguiendo las tres erres de los residuos plásticos: reducir, reutilizar, y reciclar. La ecuación es muy sencilla: crear valor y recursos a partir de los desperdicios, originando una economía a escala que genere riqueza al tiempo que se da una segunda vida a los desechos.
La innovación en el proceso de reciclaje de los plásticos
El ciclo de vida de un producto es el factor que se debe tener en cuenta a la hora de valorar la eficiencia de los recursos empleados para producirlo. Tomando como referencia este parámetro, podemos conocer el impacto real en el medio ambiente de cada una de las fases de producción y así poder tomar decisiones para reducirlo.
En este sentido, el uso de materiales post consumo (PCR) ha demostrado reducir el 52% de emisiones de CO2 a la atmósfera, lo que sitúa a la economía circular como una alternativa real y eficaz contra el cambio climático. Sustituir el uso de plásticos reciclados por otro material, supondría el consumo de casi cuatro veces más de materia prima y más del doble de energía, además de generar casi el triple de emisiones para los mismos productos durante su vida útil.
Para lograr los objetivos de la estrategia europea para el plástico es importante, además de tener en cuenta criterios de ecodiseño, aplicar las 3R cuando finaliza la vida útil del producto, optimizando la separación en origen y la recogida selectiva. Así es que la industria de los plásticos y del reciclado se enfrenta a dos grandes misiones: ampliar y modernizar su capacidad de reciclado.
La industria de reciclado de plásticos en España que tenemos hoy en día es el resultado de 40 años de experiencia y un trabajo constante en proyectos de I+D+i relacionados con el reciclado. Los objetivos son mejorar las propiedades de los materiales obtenidos, separar y compatibilizar residuos de distinta naturaleza y eliminar aquellos que son contaminantes. Además, en el caso de residuos complejos, se buscan alternativas para la obtención de combustibles y de otros compuestos químicos.
En este sentido, la tecnología aplicada al reciclaje de plástico ha permitido mejorar la separación de los distintos tipos de plásticos, permitiendo una mayor eficiencia en el proceso y contribuyendo al desarrollo de los bioplásticos, que permiten reducir la cantidad de plástico derivado del petróleo que se comercializa.
Una iniciativa que sirve como ejemplo en este sentido es ReTAP-Box, que se basa en la instalación de contenedores, en zonas de obra e instalaciones de distribución, para la recogida de residuos generados por recortes de tuberías y accesorios de polietileno y polipropileno.
Tuberías plásticas para el desarrollo sostenible
En el sector de la construcción es de especial relevancia la calidad de los materiales empleados y su eficiencia, así como una larga vida útil de los mismos sin un constante mantenimiento.
El plástico cumple con estas expectativas y se sitúa como una opción eficaz a la hora de diseñar productos de este material para el sector de la construcción, como tuberías y accesorios, gracias a sus propiedades y capacidad de desarrollo mediante I+D+i. El uso de este material contribuye al cuidado del medioambiente al ser ecológico y 100% reciclable, promoviendo la economía circular y ampliando su ciclo de vida útil al darle una segunda vida.
Entre los distintos tipos de materiales plásticos que sirven para la fabricación de sistemas de tuberías y accesorios, el polipropileno se sitúa como el más sustentable. Este polímero termoplástico se puede tratar en casi todas las plantas dedicadas a ello, algo que no ocurre con otros tipos de plástico. Asimismo, su producción genera muchos menos residuos y necesita una cuarta parte de energía eléctrica para ser procesado.
Otro beneficio del reciclaje de polipropileno es la reducción del consumo de recursos crudos limitados como el petróleo y el gas propano. Además, actualmente es el segundo plástico más utilizado gracias a su rigidez, dureza y resistencia.
Certificaciones para la contribución a la sostenibilidad
Existen diversas certificaciones que evalúan las características de diseño y fabricación de productos en términos de seguridad, circularidad y responsabilidad para promover una menor huella de carbono y reducir el impacto medioambiental de las industrias. Las más conocidas son:
- La certificación del estándar Cradle to Cradle, reconocida a nivel mundial, que impulsa la sostenibilidad y seguridad de los productos de innovación para la economía circular. Se trata de una acreditación relevante si también se quiere recibir un certificado de construcción sostenible como LEED, WELL o BREEAM, otorgando puntos para estas certificaciones.
- La Declaración Ambiental del Producto (EPD), que proporciona un perfil ambiental fiable, relevante, transparente, comparable y verificable de un producto, permitiendo destacar aquellos que son respetuosos con el medio ambiente. Este informe se basa en el ciclo de vida del producto conforme a normas internacionales y datos ambientales cuantificados.
El fomento de uso de materiales que contribuyan al desarrollo sostenible nos acerca a conseguir los objetivos de la agenda 2030. Gracias a todos estos esfuerzos y a las posibilidades de crecimiento, la industria del reciclado tiene un prometedor futuro y un papel clave que jugar en la circularidad de los plásticos contando con un reto: la comunicación en sostenibilidad.